Sunday, December 07, 2008

CAMBIAR LA PISTA
















Soñé que caminaba con los oídos tapados
me sumergía en el día, subía el volumen
y dejaba la vida de lado.
La veía atrás de un vidrio,
tórax que se infla y desinfla
al compás de un volumen interno.
Desde atrás, se le abrían ojos intensos y nudosos
que me pedían más: más agua que le dé forma
más hombres para formalizar con ella
los restos diurnos y nocturnos
un dispositivo psíquico de canciones y sueños.

Yo iba adelante, sorbo a vuelo
con satisfacción tóxica al río,
desconocía otros ojos que no fueran los de mi intensidad,
bebía hasta el desmayo con mi madre mar
me metía en la garganta la extensión límpida del río
me tragaba las aguas tersas que robábamos a padre puerto.

Yo quería jugar con las pistas del sueño
hacerme abrigos con ramas
olvidarme de la vida
con las canciones de mis discos
las cadenas de memoria
y las fibras de mis sueños.

Una pista me llevaba a un oráculo
me criaba una cabeza con trenzas
la vida de pájaros sin alas que me volvía al suelo:
“siempre tendrás bebés en la panza
y andarás grávida lustrando pisos
plancharás con una plancha miniatura
barrerás con escoba a medida
todo lo harás al compás de los grandes.
Pero así conocerás la injusticia
ellos limpiarán cinco baldosas
vos sólo dos, tres lo más
entonces trabajarás doble, triple
un día te robarás la plancha grande
y te marcarás sin querer la panza
queriendo sacar las arrugas de un pantalón
te tatuarás con fuego”.

Yo escuchaba mientras me miraba la estela blanca
en la panza entendía que los hilos claros
cantaban otra suerte:
la liviandad y la casi transparencia
de los hijos- peces y los pájaros soleados
que se sumergirán conmigo y volarán ingrávidos;
la tersura de mi cabeza playa como un plato
y de mi piel tejida de sueños.

Yo me dejaba crecer hacia fuera
como si fuera la melena de un león dorado
como letras abiertas a la humedad de la tinta
declinaba voces destrabadas
palabras sin lapsus, vidas sin profundidad
llanuras tóxicas abiertas a la horizontalidad del cielo.

Saturday, November 22, 2008



ES OPUS, ES VALOR, NIÑA PURO ORO QUE SE DERRITE EN UN AULLIDO

Tuesday, October 14, 2008

HISTORIAS EXTRAORDINARIAS


La provincia de Buenos Aires se te mete pesada en los ojos durante 4 horas con toda la inercia de su paisaje monótono, lineal, de su horizontalidad sin fin que hipnotiza tanto como el mar. Yo, cuando vi la película, pensé en la llanura como en un sopor, pensé en los gases que larga una materia incandescente y en los testimonios de sobrevivientes de incendios: “las ganas de dejarme llevar y echarme a dormir eran tantas…”, escuché decir tantas veces. Esa es la sensación que asocié con el horizonte de la pampa que gravita sobre cada uno de los personajes y de las historias de la película: la compulsión al sueño, la intensidad de dejarse llevar. Para que entiendan: es como cuando viajás en ruta y no podés sacar los ojos de la ventanilla. ¿Ese espacio plano, tan igual, nos depara algo extraño? ¿Algo tan extraño como cuando te mirás- a vos que siempre sos igual a vos- en el espejo y no te encontrás?
Sobre ese territorio horizontal escribieron los liberales decimonónicos con sus monumentales trazos civiles: puertos, ciudades y municipalidades, dragados, trenes, los puntos de clarificación de un vasto territorio opaco por tanta llanura, los mojones de anclaje de cierta superstición “docta” que tenía miedo de perderse y que veía en la llanura algo así como una droga del mal.
Como reverso de las cuatro horas de narrador en off, pensé en un poema de Raimondi, ese que caracteriza al “liberalismo como monstruoso aparato parlante/ que se armó a conciencia, ¿qué va a responder/ lo que no existe?, sin los órganos de audición”. Es que para mí en Historias extraordinarias se trata de reponer una voz- o muchas voces-, de volver a los oídos y las orejas grandes que sirven para escuchar. Así, la película se transformó en la novela que te leen antes de ir a la cama y que viene ilustrada por imágenes impresionantes. Sumergida en una contra-tradición, parece contestar toda narración homogeneizadora, clasificante, categorizadora con un relato heterogéneo, sin centro, bifurcado, deshecho, que a veces está ausente y que se busca desesperadamente. Y eso para preguntar todo el tiempo con total honestidad: ¿por qué tenemos tanta necesidad de contar? Y la contestación, actuando esa necesidad, se extiende hasta el hartazgo: en un momento, después de 3 intervalos, ya no querés ver ni escuchar más.

Saturday, October 04, 2008

DROGAS DE HABLAR



Y llegué y abrí una caja
cosas que quería hablar diferentes
unos lápices y un sapo de metal
que me había encantado
la cabeza. Si te mirás en el espejo mucho, te extrañás
a vos como te extrañan tu papá o tu novio
si se van
te vas porque no estás
porque el shampú te quedó más oscuro
o porque el corte de pelo te chupó la cara.

Estar, no estar da lo mismo
a mí no, que prefiero despertarme y no acordarme
de si sí o si no estuve con vos
tener la certeza de los líquidos brillantes
que tomé y la intensidad en que suenan las bebidas
y mi vida, en el alcohol y en los cócteles sin alcohol
el mar, el mate, la coca y el agua fría de verano
todo lo líquido me transforma en aire
es música que me transporta a otra memoria.

Yo prefiero las pastas de hablar
las tardes de amar
los hombres de mar.

La canción que escucho es de voz conocida
aunque yo me muera
por ser por vos
siempre desconocida.

Sunday, August 31, 2008

Saturday, August 23, 2008



El disco da vueltas y se te mete en la cabeza


Ahora me doy cuenta
siempre escuché el mismo disco
el de los chicos del pasto que toman sol en la pileta
y el del caballo imparable que no reflexiona
para correr más veloz
lo saqué, lo cerré, lo doblé
le guardé los pastos y las crines
y lo hice paquetito de mis partes más claras

los ojos y los oídos escuchan y ven todo distinto
una misma pieza se visita dos veces
y el mismo chico se descabeza
un perro que termina pateado en la calle
de la ciudad que sube al cielo y explota
de lejos ver las luces y correr
la avenida así de mal
no son nada fáciles, y llegar menos
entrar por un pasillo largo
caminar por el barrio para acostarnos
y después ir a la cena con alguien delirando
que yo callo
no le hago otra escena,
lo callo.

Me pregunto misteriosamente
por los discos que una vez soñé
anidaban en mi espalda.
La bandeja daba vueltas
yo la dejaba crecer
y me sentaba a escuchar

cómo la música de adentro
me corría las piernas.



LUCHA:
mi amiga en estos versos
FINISterre

En No- Retornable de invierno

UN SUELO COMO UN MUNDO por M. L. R.
Hombres de relación intensa con el agua

*el pez mariposa

Monday, July 21, 2008

Dejemos la crítica de lado



Lo primero que se me vino a la cabeza a la mañana del domingo fueron los calambres en las piernas, nuevos calambres, insistentes y pensé que por ahí era por las medias o por los cordones muy apretados de las zapatillas, pero lo segundo que se me apareció con más insistencia fue la noche anterior, la noche de anoche como dicen, en la que estuve más acelerada que nunca porque tomé mucho speed… y en la que estuve tan enfurecida. Y me acordé de lo que había pasado, me tiraron la lengua y entonces empecé a hablar sin parar, como una loca, hablé demasiado, largué todas mis cosas acumuladas de estos días. Fuimos a una fiesta con mis amigas, una fiesta de esas donde todos se quieren levantar a todos y ni bien llegué fui a la barra a pedir un trago, no había cajera así que tuve que esperar y el chico que tenía atrás me elogió mi billetera rosa con vaquitas de san antonio pero dijo que era una lástima que esos bichos fueran la plaga del trigo (o del maíz). Y ahí empezó todo porque jajajaja, yo me reí y le contesté que no se pensara que mi portación de vaquitas rojas tenía alguna significación política y le pregunté de dónde era- de Trenque- Lauquen- y no me acuerdo todo, qué siguió exactamente a esto, pero en un momento dado me dijo que yo llevaba en el corazón igual que él la cinta roja, la federal, y yo entonces aproveché para decirle que mi cinta nada tenía que ver con la suya, que no confundiera, que federalismo de la Provincia de Buenos Aires nada que ver con el mío y así y así, que no había nada de homogéneo en la causa federal y bue… discutimos y le dije que se acordara de que en el norte también hay un país y que yo me negaba a leer el Facundo de Sarmiento porque quería darle la espalda a la tradición liberal y que si le daba la espalda me caía en el total vacío (¿o no?), que esa era mi sensación, que a pesar de todas esas intelecciones que se pueden hacer sobre el asunto, yo sentía la nada misma cercándome bien de cerca, así, como si fuera una sopa blanca tirada en la mesa de la que uno intenta escapar para no mancharse, mojarse y me dijo que guarda con mis metáforas, que la mancha de sopa blanca era igual al desierto sarmientino y que tampoco yo podía pensar más allá y yo, ronca, ronquísima, le grité que no me importaba nada quién escribirá el Facundo, que yo lo que me preguntaba muy ambiciosamente era quién lo dejará de escribir, de leer y así, así, hasta que nos cansamos y nos fuimos. Y yo estaba enfurecida y encima llegó otro pibe que me dijo que era de Venado Tuerto, Santa Fe, a lo que contesté con toda el alma, sin dudarlo, con mi mejor espontaneidad ah, ¿qué? ¿salieron a festejar? Y se re ofendió porque dijo que no le gustaban los extremos, que pasar los límites siempre es malo y que yo me había excedido – no tanto igual- como esos que escribieron cobos, traidor, saludos a vandor y yo le dije que no se desvelara, que eso era un discurso muerto, restos de una retórica envejecida que a algunos hace llorar de nostalgia y a otros, como los fanáticos de capusotto, reír, pero que yo ya no me reía, y eso no lo dije, obvio, me lo guardé, lo pensé para mis adentros, pensé que mi noche iba cuesta abajo y me sentía imposible, sabía que no iba a poder dormir y que ni el mejor de los besos iba a lograr cerrarme la boca.

Sunday, June 08, 2008

La de los ojos abiertos


Nos faltaron muchas cosas pero lo primero, lo más fundamental es que no leímos Alicia y se nos fue el tiempo que teníamos y, finalmente, no leímos nada. ¿Será porque yo los libritos me los como y entonces tenías miedo de compartir los tuyos conmigo? Pero no, jajaja, te engatusé, cuando yo te hablaba de cómo comía libritos los martes no me refería a los de papel. No hablaba, como se dice, en literal, aprovechaba las metáforas de otros, me aprovechaba de las panaderías (y cómo me aprovecho a veces). Retomando, yo estoy segura de que Alicia nos salvaba, estoy segura, sí, de que nos hubiera ayudado a jugar, porque a mí, no sé si sabías, me cuesta mucho jugar, desde chica que me cuesta. Vos eras el papá, yo la mamá, vos venías a mi casa cuando no había nadie y teníamos todo para los dos y entonces yo cocinaba o hacía como que cocinaba una especialidad que podíamos planear o también podíamos comprarla en una rotisería, no importaba, porque hacíamos como si la hubiera preparado yo y hacíamos como que no teníamos hijos todavía (y no tiene importancia que fuéramos papá y mamá), sino que vivíamos una vida de recién casados y todo nuestro interior estaba en nuestra cara, hasta lo que metafóricamente solemos llamar el corazón estaba puesto ahí afuera, y es que en la casa de este juego no había realidad psíquica, con perdón de Freud, que me tenía que disculpar que en mi juego le anulara algo tan fundamental. Y si no era tu plato preferido lo que preparaba, tampoco importaba, porque hacíamos como que sí, que era y, así, todo era como queríamos. Y otra cosa que nos faltó, ahora que hablé de Freud me acuerdo, es que habláramos de nuestros sueños, pero no de cualquiera, sino de los sueños de vos conmigo y de yo con vos. Obvio que no íbamos a usar a Freud para entenderlos (aunque quisiéramos ser rigurosos con el método no hubiéramos podido y, además, nos hubiéramos hundido hasta el cuello), porque yo, a pesar de amar mucho a Freud desde toda la vida, te hubiera dado ese lugar para que eligieras qué querías hacer con nuestros sueños y yo creo que podíamos haber hecho mucho, la cosa era retenerlos, acordarse de qué soñabamos a la noche y eso no era fácil, ya sé, obviamente, pero tendríamos que haberlo intentado por lo menos, porque además los sueños son tan buenos temas de conversación, son tan buenos compañeros, sobre todo cuando uno está con tres vodka tonic encima o drogado, y entonces no se hubiera hecho nunca el silencio, creeme, porque siempre podíamos hablar de nuestros sueños y si me abuela me preguntaba (imposible porque ya no está, pero acordate de que a mi abuela la podíamos invitar también a nuestra casa del juego) “¿y tienen buena conversación con este chico?”, yo le respondía “sí, abuel, obvio, nunca se hace el silencio”.

NO TENGO INTERIOR PARA MOSTRAR 2


La gravedad de las cosas
de los sueños
que le toman la cabeza
y la textura enmarañada
que el artífice onírico
hila fino
como Freud
que lo hace
y escucha que de a poco
va creciendo el animal.

Y en los sueños la razón
la refleja en una serie animalada
un espejo de otro mundo
que no muestra lo mismo
aparece el perro en casa
el futuro en los hijos
y ella es “mami-
malada”
mientras rumia en campo fértil:
espejito espejito,
en este reino del sueño
¿quién tiene el interior más vacío?




Sunday, May 25, 2008


*Martha Peluffo (1969)
NO TENGO INTERIOR PARA MOSTRAR

para escribir tampoco tengo nada salvo decir que las sintaxis poco sintácticas me conmueven y que los besos de las pelis me fascinan, que me gusta saber cómo otros besan porque así fantaseo con saber cómo resuelven sus problemas, que los problemas de lengua están extendidos al 70 % de la jóvenes argentinos, que ahora mi papá vive en brasil, que me la paso corrigiendo tepés, que las malas escrituras consumen gran parte de mis días y que a veces les envidio su maldad, que yo no soy para nada clara y que este blog es entonces una gran pregunta falsa, que ahora casi no escribo, que casi siempre me guardo algo, que me equivoco mucho en mis clases, que admiro y envidio un montón a la gente que escribe, que no soporto no saber mucho, que a veces extraño mucho y que otras quiero estar sola, que no tengo derecho a pedir sujetos y objetos claros, que tengo un mar muy cerca ahora, que ya sé por qué me gustaría vivir adentro del agua, que conocí a walter en una fiesta hace ya bastantes sábados, que mi salario se depreció como nunca y que me pasé el verano leyendo LA VOLUNTAD, que todavía ando con el corazón medio destrozado, que tengo cuiqui de estar buscando algo imposible, que tripliqué mi consumo semanal de coca cola y de mate, que tengo una boca metalizada o, mejor, transparente, acrilizada, que ya me acosté y hablé desde el diván, que a veces me duelen los dientes, que los objets trouvés no existen, que hay chicas- sobre todo- que no toman agua porque dicen que tiene calorías, que hablo sola desde siempre y que a escondidas tengo siempre la mano cerca de la boca y que son esas chicas, esas del agua, las que no quieren nada adentro para mostrar.

Tuesday, April 22, 2008

Por la voz que no podemos sacarnos

El niño fundamental: mito, poesía y política

En no- retornable entrevista a Martín Rodríguez por María Laura Romano.

Saturday, March 29, 2008

foto acuarela



foto acuarela el SOL

el estribillo mental
voy a rayarlo y decir
como a un diente de leche
“aDios Papá Mamá”
y la canción de arroró,

apagála, porque yo
ya no quiero

oíme o habláme
hasta que el párpado
final
mente se caiga
o entráme metéte nomás
hasta el lugar
el último de la boca.


foto acuarela el PASTO

ya toda repuesta
y por causa la voz
tu vos
escucháme sostenéme el hilo
de voz que yo
ya no puedo.



foto acuarela el AGUA

voy a nadar al fondo
hasta la rejilla que voy a besar
a fondo hasta el cuerpo caliente
de la calle que se refresca a fondo
por el chapuzón de la caída.
zambullíte o empujáme al borde
tiráme tiráteme conmigo
porque la piel se abre en círculos
¿vos sabías que hace un ruidito especial
al crecer?
escuchálo
como cuando la piedra se tira
y el agua se arruga
la piel

se abre en círculos y absorbe
el agua del verano
en la pileta.


Tuesday, March 11, 2008

Fue AMOR a primera vista




Diosa de matadero, vaconcia amiga, tu cuerpo grande molesta.
No te das cuenta porque sos bestia
y tu vida es pasto, decir muuus,
sos puro ojo que curiosea
ojo animal
visión no humana
hasta que la muerte cita
tu ojo y el ojo
humano del matador
la enfrentan.
Pero la verdad duele, voy a decírtelo:
a lo más te permitan la sombra de aquel
cartel de galletitas tipo artesanal
para que refresques
tu seso de carne caída.

Sunday, March 09, 2008


In- FANS

Tucumán y el tamborcito
depresión setenta y ocho
decía que había peces
yo veía y olía cosas
mientras mi mamá no sabía
(mi mamá que enloquecía)
que de a poco
fui creciendo
animal.

babeVIbobu
Querido Maestro de Lectura:
Lo justo: volver a leer tu obra.

He volvido, pero esta vez PaSadA poR aGua


*foto sacada por mí de mi hermanita Eugenia en la casa de mi abu hace muchos muchos años.

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