Tuesday, January 15, 2013



FREUD SOY YO

Hoy estuve leyendo textos del Freud egoísta prepotente (energúmeno). Si bien es un costado de él que no desconozco, suelo mirarlo muy de soslayo. La cuestión es que me enteré que escribió un libro, una especie de semblanza psicológica no demasiado recomendable, sobre Thomas Woodrow Wilson, presidente de Estados Unidos durante la Primera Guerra y principal artesano del tratado de Versailles que desmembró el Imperio austrohúngaro una vez finalizado el conflicto. La escritura fue en colaboración con un tal Bullit, brillante diplomático estadounidense, según dicen sus biógrafos, que había sido paciente de Freud. 
Parece que el fundador del psicoanálisis, después de escribir El malestar en la cultura, estaba viejo y en convalecencia a causa de una operación y medio deprimido porque sentía que ya no tenía más nada para dar. Casualmente se reunió con este muchacho, mucho menor que él, que le contó que quería escribir biografías sobre algunos políticos de su época y Freud se quiso sumar porque, grafómano como era, quería sentir otra vez la vitalidad que daba embarcarse en un proyecto escriturario. En el 32 el libro estaba terminado y a punto de publicarse pero al viejo se le ocurrió hacer algunos agregados con los que Bullit no estuvo de acuerdo, entonces se frenó la publicación por seis años. No hubo manera que se pusieran de acuerdo a lo largo de ese tiempo.
Europa se empezó a enrarecer por la escalada nazi y Bullit, embajador en París, hizo lo imposible para sacar a Freud de Viena. Finalmente en el 38 lo logra y cuida que su admirado amigo se instale a gusto con su familia en Londres. En el interín, Freud acepta publicar el libro sobre Wilson sin los agregados que Bullit no aprobaba. “Descubrimos con alegría- escribió éste último- que ahora estábamos de acuerdo”.
Me gusta pensar que Freud se dio cuenta de que las cosas entre los hombres se estaban poniendo demasiado turbias como para replicar ese enfrentamiento en el fuero más íntimo con el amigo que- por qué no decirlo- le había salvado la vida.

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